La presencia de pensamientos suicidas o de un sufrimiento emocional profundo no debe vivirse en soledad. Ofrezco un espacio terapéutico seguro y profesional, donde cada persona puede ser escuchada con respeto, sin juicios, y con la contención que una situación de esta magnitud requiere.
Mi labor consiste en acompañarte desde el cuidado, el compromiso ético y la intervención clínica especializada, ayudando a identificar el dolor, comprenderlo y trabajar juntos en la posibilidad de encontrar sentido, alternativas y recursos para seguir adelante.
También brindo orientación a familiares o personas cercanas, para que puedan actuar desde un lugar más informado, empático y sostenido.
Pedir ayuda es un acto de valentía. Aquí estoy para acompañarte.